Según Bloomberg, la suerte de la inversión de €325 millones de Deutsche Lufthansa AG en ITA Airways está en el aire mientras los reguladores de la Unión Europea exigen a la aerolínea germana que haga concesiones que no está dispuesta a aceptar.
A un mes para que finalice el plazo del acuerdo, la Comisión Europea presiona sobre Lufthansa y el Ministerio de Finanzas de Italia para que preparen un paquete de medidas correctivas que ayuden a preservar la competencia entre aerolíneas, en particular en las rutas transatlánticas.
Ante la incertidumbre que se cierne sobre la aprobación de este acuerdo, el gobierno italiano está estudiando soluciones posibles para mantener a flote a ITA, entre ellas la opción de que la compañía se establezca como empresa independiente.
“En mi opinión, deberíamos haber cerrado hace seis meses”, declaró el martes el ministro de Finanzas, Giancarlo Giorgetti. “Lo antes posible porque necesitamos entender cuál podría ser el futuro de ITA”.
Un fracaso del acuerdo urdido por el gobierno italiano supondría un duro golpe para la primera ministra Giorgia Meloni, que llegó al poder en 2022 con una plataforma proempresarial. La venta de ITA es crucial para que las finanzas italianas, con faltas de liquidez, no tengan que gastar más en la compañía.
El CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, puso una nota optimista antes de la fecha límite formal del 4 de julio. En Dubai, este lunes, Spohr dijo que aspira a obtener “alguna indicación esta semana” sobre la decisión, y añadió que “es realista llegar a una solución esta semana”.
«Y puesto que estamos en una fase muy constructiva del diálogo, lo consideraré la fase final de un diálogo constructivo», dijo Spohr en la asamblea general anual de la IATA.
En este momento, Lufthansa es la única interesada, lo que significa que una ruptura de las conversaciones obligaría al gobierno a iniciar de nuevo el proceso de venta.
Según los términos del acuerdo de Lufthansa con ITA Airways, la aerolínea con sede en Colonia compraría inicialmente al Estado italiano el 41% de la sucesora del buque insignia Alitalia, con opción a adquirir el resto más adelante. La transacción marca el último intento de resucitar a la aerolínea italiana, que cesó oficialmente sus operaciones en 2021.
