En 2018 se eliminaron las normas que limitaban la participación extranjera en las aerolíneas brasileñas. Esto supuso una decisión en el sentido de abrir aún más el mercado y facilitar el incremento de la competencia. Sin embargo, no se produjeron cambios en el mercado. Es decir, ni se crearon nuevas empresas, ni se verificó el ingreso de nuevos capitales en aerolíneas locales. La primera verificación es que la apertura o desregulación, en sí misma, no alcanza para tentar a nuevas empresas. En definitiva, el mercado interno de Brasil está dominado por tres empresas: Azul, Gol y Latam Airlines. “Las barreras de capital han desaparecido, un extranjero podría venir y montar una empresa en Brasil, pero no lo hacen… Hay muchos problemas”, dijo Gilberto Peralta, ejecutivo de Airbus para Brasil, en una entrevista periodística concedida días atrás. Según el ejecutivo, el principal disuasorio es el grado de litigiosidad que presentan los pasajeros aéreos con relación a la Defensa del Consumidor. Pero también es gravitante el alto precio del combustible. Petrobras, el principal proveedor del mercado, reveló a principios de este mes que los precios en Brasil ya han caído un 8,8% en lo que va de 2024.
